lunes, 27 de febrero de 2012

Comercio electrónico e idiomas.


Las recientes estadísticas (Informe de Comercio Electrónico) han puesto en evidencia que el comercio electrónico en España lleva once trimestres seguidos incrementando sus volúmenes de negocio, tanto nacional como en el exterior, alcanzando en el tercer trimestre de 2011, el último del que se tienen datos oficiales, la nada desdeñable cifra de 2.421,8 millones de euros.

Otros estudios recientes indican que el 82 % de los consumidores no están dispuestos a contratar servicios o comprar productos de un sitio web que no esté traducido a su lengua materna, y solo el 18 % de los consumidores está dispuesto a visitar sitios web cuya información esté solo en inglés.

Para que una empresa, del sector que sea, pueda aprovechar este tirón de ventas a través de canales no tradicionales, como puede ser el comercio electrónico, es fundamental que la información que transmita a sus clientes esté en su lengua materna. Solo de esta forma podrá encontrarse en igualdad de oportunidades frente a sus competidores.

Sin embargo, la traducción de una página web no es cosa sencilla, no se trata simplemente de traducir palabras, sino que es necesario adaptar la imagen de la empresa, la forma de dirigirse a sus clientes e incluso los colores o los símbolos usados en ella a la cultura a la que se dirige. Quién no recuerda el nombre de ese modelo de Mitsubishi de nombre ofensivo en español pero completamente razonable en otros idiomas… Esto se denomina “localización”, y muchas empresas hoy en día ya la están poniendo en práctica, puesto que el retorno de la inversión necesaria para localizar un sitio web de tamaño estándar a varios idiomas puede ser importante a corto/medio plazo.

Aunque el español se encuentra en el tercer puesto en la lista de idiomas más usados en internet, no alcanza el 8% de los usuarios totales, mientras que el chino y el inglés, en segundo y primer lugar respectivamente, rondan el 25 % cada uno. En la lista de los 10 idiomas más usados en internet, encontramos quizás de forma poco sorprendente, el portugués, el árabe y el ruso, idiomas que no han sido tradicionalmente muy importantes, pero cuya tasa de crecimiento en internet (de 2000 a 2011) alcanza cotas de entre 990 % y 2.500 %. No cabe duda de que representan economías emergentes y de importancia clave para el desarrollo de muchas empresas.

A la hora de traducir tu página has de tener en cuenta no solo el idioma sino a qué mercado deseas dirigirte. Un ejemplo claro que todos comprenderemos lo encontramos en el español. Cuando una empresa extranjera quiere abrirse camino en el mercado de España, debe buscar un traductor cuyo idioma materno sea el español de España y evitar siempre registros de otros países, mucho más marcados para un hablante europeo, como pueden ser el español de México o el de Argentina. Lo mismo podríamos decir del inglés americano y el inglés británico: aún compartiendo unas características comunes, ni usan las mismas expresiones, ni el tono empleado para dirigirse al lector es el mismo. Ni siquiera les preocupan las mismas cosas.

Compartimos con vosotros estas reflexiones y datos, porque entendemos que pueden ser interesantes para cualquier empresa que en este momento esté valorando la posibilidad de abrir nuevos mercados, o de buscar nuevas formas de visibilizar sus productos o servicios. Ánimo, y ¡tened cuidado ahí fuera!

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